Otra modalidad menos frecuente de coleccionismo de estilográficas, aparte de las ya referidas,
tenemos en los instrumentos de escritura de despacho y, dentro de éstos, principalmente en estilográficas anteriores a los años sesenta y, en la época contemporánea, incluiremos también los bolígrafos.

Todos hemos visto alguna vez, en el despacho de algún familiar o tal vez en de nuestro abuelo, o puede ser que tenemos grabadas en nuestra mente en las imágenes de multitud de películas de blanco y negro, como, encima de las mesas de los maestros, notarios, abogados, médicos, etc., etc., casi siempre profesiones de raigambre liberal o intelectual, aparecía un protagonista central,que por su estilizada silueta destacaba sobre el resto de los objetos: libros, legajos o papeles dispersos. Esta silueta era una pluma estilográfica que después del nacimiento de la pluma fuente -esto es, la pluma con capacidad de almacenar en su interior tinta para escribir, sin necesidad de cargar el plumín cada cinco u ocho líneas de texto escrito-, se convirtió en pluma palillero para no perder la tradición de épocas anteriores (el palilleropluma de ave del escribano).

Las estilográficas de despacho daban una imagen de respeto y empaque -sobre todo en un territorio poco alfabetizado como el nuestro- y al observarlas, se pensaba en qué documento importante, para bien o para mal, habría sido o estaría a punto de ser redactado o rubricado por ella. Además de su forma definitoria, larga y puntiaguda que permitía abrir la numerosa correspondencia recibida por estos profesionales- se diferenciaban de las de bolsillo por la carencia de capuchón. Ésta falta, se
suplía con un pesado pie mineral o sopolte, con base metálica generalmente, sobre el que se colocaba una cabeza portante hueca, con un mecanismo giratorio -en las más lujosas-, en cuyo interior rosca do o liso se ajustaba la pluma, como en el capuchón normal, al cual se asemejaba. El giro de la cabeza y cuerpo al unísono y en todas las direcciones facilitaba el acceso a la misma
desde cualquier lugar de la mesa de trabajo, con una diferencia, las de uso público y las más baratas, sólo admitían el giro en un eje vertical y el pie estaba fijo (atornillado, en las de uso público, y el cuerpo llevaba una cadenilla para evitar los hurtos).

En España se fabricaron gran variedad de plumas de despacho, algunas verdaderamente insólitas con unos colores y fantasías inauditas para la época (se pueden apreciar en la fotografía) y que, curiosamente, rompían la seriedad y formalidad habituales en estas piezas. 

Conjunto de estilográficas de despacho que comprende, en su totalidad, una magnifica colección de marcas españolas,de entre los años cuarenta al sesenta, sin estrenar (llevan el sello del impuesto administrativo), de las firmas: REGlA, FONIJOY’S, TEFLOCAN, CIROS, INOXCROM, LUMEBAL, etc., y otras sin marcar; también se encuentran entre el conjunto tres PARKER y una SHEAFFER’S. En algunas puede verse la palanca de carga. Fabricadas en diversos materiales: celuloide, ebonita e inyectado. Los plumines de oro son escasos, abundan los de latón dorado.